Oye, me gustas.
Un montón.
De ese “montón” que ya huele a problema.
Pero no quiero que confundas gusto con intención.
No ando buscando abrir un frente de batalla disfrazado de historia romántica.
Soy pacifista y amo la comuna hippie.
No es que no quiera, ni que no pueda.
Es sólo que entendí que las relaciones no se siembran con “ganas”;
se cultivan con tiempo, paciencia y un poco de demencia.
Y yo tengo lo primero (y no me falta lo demás),
pero a veces —para algunas personas— no alcanza.
Además, no quiero que te asustes.
Ni que un día despiertes pensando que lo mío no fue suficiente.
Porque a veces lo que ofrezco parece amor (y a veces lo es),
pero viene con advertencias,
como esas cajas que dicen “frágil” y nadie lee.
Podemos ser amigos.
Buenos amigos.
Con risas, mensajes fuera de hora,
complicidad
y ese casi algo que no se nombra.
Pero amor romántico, no.
Esa ya es otra historia.
Y hace rato que dejé de contar esos cuentos…
aunque me llamen Cuentero.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Agradezco tu visita y comentarios!