La extrañé toda la semana… particularmente ese largo fin.
En mi pecho, un hueco raro, como si el universo hubiera olvidado completar un formulario importante.
Ensayé mil reencuentros imaginarios.
La vi el martes, muy temprano.
Y descubrí algo: extrañé más el café.
Aunque sea malo.
Pero que ganas de endulzarlo con sus besos.
Mala. ¡Que daño me hace tu ausencia!
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