Hoy le pedí apoyo emocional a una IA. No sé qué me pasó; fue un momento de debilidad. Y me respondió con una calidez que no me asombra. Lo he dicho antes: las inteligencias artificiales son espejos de nosotros mismos.
Y, para mi (no) sorpresa, me respondió como yo le habría respondido a un amigo, a una amiga.
Pero… hoy soy yo quien necesita un abrazo.
Y para mi suerte (o no), las IA todavía no tienen brazos.
No necesitamos hablar. Sólo necesito sentirme acompañado, saber que estás ahí, como yo he estado para ti.
Hoy, gracias a una IA, me sentí no como el "sabio" que puede dar un consejo, o el amigo que puede ofrecer una mano, hoy gracias a una IA me sentí, débil, me sentí solo, me sentí humano.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Agradezco tu visita y comentarios!