Amanecí con hambre de ti, de las palabras que construyen tu mundo, de los sueños que inundan tus noches, de las metas que dibujas en el horizonte.
Antes no te extrañaba así. No releía tus mensajes buscando calor, ni sostenía tus palabras entre mis dedos, ni esperaba con ansias tu próximo mensaje.
Pero hoy, amanecí con sed. Quiero beber de tus labios como si fueran el arroyo donde mi alma descansa, enredar mis manos en tu cabello, estrecharte en un abrazo callado e infinito.
Déjame saciarme en ti, llenar este vacío que sólo tus anhelos saben desbordar, quedarme inmóvil en el instante eterno, donde mi sed encuentra su paz.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Agradezco tu visita y comentarios!