Diosa ausente,
vaga y luminosa,
reina de los cuerpos que olvidaron su incendio
y de las palabras que tiemblan sin nacer.
De silencio eres llena,
y la sombra es contigo.
Deseados sean tus labios
y tu pecho que guarda el último latido
como vino que espera a ser comunión.
Presente eres en el insomnio manso,
de la sábana fría que espera visita,
del reloj detenido en la hora en que todo pudo arder.
Diosa desnuda de milagros,
despiértame con tu quietud,
tócame con esa fe exhausta
que se abandona sin defensa
y deja que la respiren para volver a encenderse.
Ruega por quienes te miramos desarmados,
por quienes esperamos tu regreso a la carne,
por quienes creemos que la belleza también sangra
y no por eso deja de ser sagrada.
Ahora y en la hora en que tu cuerpo vuelva a temblar,
cuando abras la boca y pronuncies el verbo,
y el milagro vuelva sin pedir permiso.
Así sea en tu venida.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Agradezco tu visita y comentarios!