miércoles, 8 de enero de 2025

El ratón que quiso ser lobo


Hace tiempo un ratoncillo decidió que estaba hasta los bigotes de ser ratón. Ser un lobo, ─pensó, eso es vida. Poder, respeto, y ninguna maldita ratonera que temer.

Con más ambición que cerebro, afiló sus dientes, practicó aullidos como de gato estrangulado y trató de caminar con la arrogancia de un depredador.

Con su nueva identidad, se adentró en el bosque. Allí, entre los árboles, se encontró con un lobo de verdad. Uno grande, imponente, con ojos de sangre fresca bajo la luz de la luna.

En lugar de huir, intentó impresionar al lobo con su aullido recién aprendido. El resultado fue un chillido patético que apenas sonó entre los árboles, provocando la risa (o algo parecido) del lobo; éste, divertido por la osadía, se acercó, lo olfateó con curiosidad y en un abrir y cerrar de ojos, se lo tragó entero.

Puedes engañarte a ti mismo, puedes intentar ser algo que no eres, pero al final, la realidad siempre te alcanza. Y a veces, la realidad tiene dientes afilados y ojos de sangre a la luz de la luna.

Twitter: Owiruame

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