No sé qué hacer con esto: Tus palabras son flechas, llegan firmes, silenciosas, y me encuentran siempre, desprevenido.
Dices que tu corazón calla, pero yo, al mirarte, me quiebro. Porque en el eco de tu silencio hay una música que me arranca las entrañas y me deja arrodillado.
Y aquí estoy con el pecho abierto, con las manos temblando de ganas de arrancarme las jaras, abrir mi carne para que veas: también yo llevo un caos aquí dentro.
No soy bueno para la distancia o la soledad, ni para el arco de tu mirada valiente.
Yo abrazo con la torpeza de un oso, sin permiso.
Eres un torbellino contenido, viento recio queriendo ser tormenta. Y yo, que apenas sé ser refugio, me pregunto si basto, si te soy suficiente, si mi pecho aguanta el golpe de tu silencio.
No sé qué hacer con tus flechas. Sólo sé que cada una grita que estoy perdido, y yo no quiero encontrarme.
Intempestivo retorno dualidad de emociones, creatividad realista, simbiosis del ser y estar o no estar y tal vez no ser, paradoja infinita
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