Apareciste,
con tu sonrisa y esa mirada soñadora,
el cabello ensortijado y las ideas alborotadas,
y tus letras que llenan mi corazón a todas horas.
Apareciste,
con tus labios entreabiertos, y ese lunar junto a ellos,
el susurro de tu voz que en el viento se va,
y en secreto, me encanta escuchar en mi silencio.
Y te pienso,
como un eco en mis días, un destello en mi mente;
me iluminas con un roce, sin dejar opción,
y descubro en ese toque lo que brillas.
Y te sueño,
apareces sin aviso, como un anhelo secreto,
que en la noche se desliza, suave y lento,
y en cada madrugada, yo te encuentro en mi desvelo.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
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