Entre las olas, soñó con los brazos suaves del mar. Los tentáculos la envolvieron, acariciando cada pensamiento oculto, cada deseo sumergido en lo profundo. No había miedo, sólo entrega a lo desconocido.
Al despertar, la arena la abrazaba, pero en su piel aún sentía el eco de un amante que nunca existió… o tal vez sí.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Agradezco tu visita y comentarios!