— Tú y yo qué somos?
— Somos excepciones para una regla que jamás fue escrita.
En un mundo de certezas,
nuestra incertidumbre brilla,
somos un enigma con el que una caprichosa esfinge cierra el paso.
No somos el parlamento que otros actúan, ni la página que otros leen.
Somos el margen, el espacio en blanco donde se garabatea todo lo que nos viene a la cabeza.
No somos las notas de la partitura, somos los silencios, llenos de significado. La melodía que se dibuja en nuestras cabezas, como el himno a la alegría.
En cada mirada, en cada susurro,
tenemos una historia sin palabras,
esa que comenzó en el infinito, en el eterno presente de lo que nunca fue escrito.
Somos una chispa en la oscuridad,
el eco de un grito de origen incierto,
mandalas de colores dibujadas en el corazón, que después de iluminar se escurren como arena de un reloj infinito.
¿Preguntas qué somos? La respuesta no es una definición o concepto.
Somos quien espera al final de la cadena de plata, la conexión intangible que nos une, como hilos invisibles que desafían todas las reglas.
Somos la excepción,
lo improbable,
lo roto,
lo marginal,
lo prohibido,
los sueños,
la espera.
Somos el sueño de un dios sin memoria,
un poema en construcción,
vivimos al borde de lo posible,
en el umbral de la puerta,
en el limen de tus labios...
Donde la vida se dibuja extraordinaria,
y lo simple, infinito.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
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