Me levanto temprano,
con la resaca del recuerdo,
y la soledad que me estrecha,
como un abrazo de olvido.
Me siento solo y perdido,
como un perro abandonado.
Quiero volver a sentir tus brazos
a mi alrededor,
y tus labios besando los míos.
Salgo a la calle,
y el sol me ciega,
y la gente me parece,
una procesión de sombras.
Busco tu rostro en cada esquina,
en cada rostro,
pero no te encuentro,
y mi corazón se hunde.
Me voy a casa,
y la cama me espera,
como una amante fiel,
que no me ha olvidado.
Ojalá tus labios me extrañen,
como extraño mi cama.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
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