miércoles, 13 de septiembre de 2023

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Pedro hizo una pausa en su escritorio, mientras miraba el reloj de la pared. Las agujas marcaban las 5:59. Era su último día de trabajo en la empresa. Había pasado 20 años allí, y ahora era hora de comenzar una nueva etapa en su vida.

Suspiró y se levantó de su asiento. Recogió sus cosas y las colocó en una caja. Luego, apagó el ordenador y cerró la puerta de su oficina.

Caminaba por el pasillo cuando de repente, sintió un fuerte dolor en el pecho. Se llevó la mano al corazón y se dio cuenta de que algo andaba mal.

Intentó llamar a alguien, pero no pudo. El dolor era cada vez más intenso.

Pedro cayó al suelo, inconsciente.

La oficina quedó en silencio. Para él, el reloj marcaba la hora por última vez. No era su último día de trabajo, era el último de su vida.

Twitter: Owiruame

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