El monstruo que me habita busca salir. Puede sentirlo retorciéndose y moviéndose, tratando de encontrar una salida. Sé que si no hago algo pronto, se escapará y destruirá todo lo que amo.
He querido ignorarlo, pero no puedo. Cada días se hace más fuerte. Puedo sentirlo latiendo en mi pecho, aferrado a mi corazón; recorre mi frente, como un sudor frío; hierve en mi sangre como fuego que quema.
Estoy atrapado y no sé qué hacer.
Cierro los ojos y trato de relajarme, es inútil. El monstruo que me habita quiere salir. Abro los ojos y miro a mi alrededor, estoy en una habitación oscura y vacía. No hay nadie más conmigo, sólo él y yo.
El monstruo que me habita abre su boca y gruñe. Sé que este es el final. Escapará en cualquier momento.
Cierro mis ojos nuevamente y mis ojos se encuentran con los suyos, terribles, sin piedad, inyectados de sangre... Nos miramos, el monstruo sigue moviéndose y retorciéndose, pero yo me resisto. No voy a rendirme. No lo dejaré escapar.
Poco a poco el monstruo vuelve a la calma. Se acomoda dentro de mí, como una serpiente que duerme enroscada en mi pecho. Sé que aún está ahí, pero ya no puedo sentirlo.
He ganado. Estoy a salvo.
Por ahora.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Agradezco tu visita y comentarios!